jueves, 14 de marzo de 2013

Gran Canarias día 3 - Ferrata la Gua Gua

Una vez levantados y desayunados, nos dirigimos hacia Agaete concretamente a la iglesia de San Pedro, donde se empieza la aproximación de unos 30’.
Como marcaba el pronostico del tiempo, LLUVIA.
Arantza y yo nos preparamos y salimos en búsqueda de la ferrata esperando que la lluvia sea el calabobos que esta cayendo y que el pronostico acierte en que parara de llover a media mañana. Mientras Dani se va a hacer una excursión por los alrededores y visitar el pueblo.
Una vez llegado al inicio de la ferrata, PREMIO, deja de llover, así que nos cambiamos y nos adentramos en el peculiar inicio de la ferrata, adentrándonos en una fuente con una pequeña cuevecita, donde nos mojamos enteros ya que había que arrastrarse un poco.
La progresión por la ferrata es muy cómoda y sencilla, hay tramos bonitos pero por lo general es una progresión con el objetivo de ganar altura.
De repente nos encontramos con una bauma, con una curiosa forma de superarla y una larga y espectacular placa vertical, donde ya empieza la altura a dar ambiente a la ferrata.

Una sucesión de pasos verticales nos llevan hasta otra repisa, donde nos encontramos otra vez la curiosa forma de recogida de agua que en la ferrata Alquimia.
Aquí hay que ir con cuidado porque observamos como la ferrata continua hacia arriba pero nosotros tenemos que continuar el cable para abajo y…
Seguidamente una pequeña travesía andando y nos encontramos con una placa de unos 15m sin cable de vida.
Poco a poco y asegurándonos en los escalones superamos este tramo, hasta encontrarnos con el puente tibetano.
Salimos andando y llegamos al tramo vertical que hemos dejado antes, una larguísima placa donde los agarres alejan, que junto a la altura y que algunos se mueven ligeramente si tiramos de ellos hacia fuera y no hacia abajo, le da mucha emoción a este tramo.
 
De repente llegamos al final del 3er tramo y nosotros pensábamos que ya se había acabado, ya que había que ir siguiendo las marcas rojas por una pared de piedra muy resbaladiza debido a la lluvia.
Pero no, la ferrata seguía por aristas y zic zagueando para encontrar los pasos mas bonitos y a la vez mas fáciles para poder llegar al final de la misma. Hemos empleado poco menos de 3 horas.
 
Una vez arriba, notamos el fuerte viento  que nos acompañaba durante todo el recorrido pero sin la protección de la pared y nos invade una densa niebla que nos dificultaba seguir las marcas y nos obliga a sacar el GPS y abrigarnos para afrontar el largo retorno.
Seguimos una cequia hasta encontrar una presa y de pronto un bonito camino por en medio de un bosque, nuestra alegría era eterna pensando que el retorno seria así de bonito.
 
Pero al cabo de unos centenares de metro llega la pesadilla, una eterna bajada por lo que es muy parecido a una calzada romana mojada, una autentica tortura para los resbalones y los tobillos.
 
Después de 1h 30’ de retorno, Dani ya nos estaba esperando. Comimos algo y decidimos irnos a dar una vuelta por La Palma. Al llegar, nos encontramos que era el inicio de los Carnavales, así que fuimos a visitar la ciudad.
Y por la noche vimos los desfiles con unos buenos mojitos.
 
A las 22h decidimos irnos en busca de un alojamiento sin antes pasar a ver el gran Rocodromo urbano de Telde.
 
El día siguiente a las 8am estábamos en el aeropuerto de vuelta a BCN.



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